jueves, 10 de diciembre de 2009

Diferencias entre cine comercial y cine independiente

Las principales diferencias entre cine comercial e independiente, radican en la forma de financiación de las películas, y en los argumentos tratados en uno y otro.

El cine comercial se sustenta en base a la inversión de los grandes estudios, aunque también puede contar con capital externo aportado por terceros, o por los propios actores o director, si el proyecto interesa de forma especial a unos o a otros. El capital externo procede de grandes marcas con intereses en la producción.

El guión nace de un escritor que vende su material para que este pase por una docena de filtros antes de ver luz verde (por regla general, la versión del guión que se rueda finalmente no tiene nada que ver con la inicial). Las películas de este tipo integran grandes estrellas en sus repartos; caras conocidas y consolidadas con solvencia probada en la taquilla, que interpretan personajes en función de una historia que busca complacer los gustos del consumidor de cada época.

Este cine, sus historias, su forma de realización, el diseño de producción, sus actores, etc., pretenden satisfacer los gustos y tendencias puntuales del público según sea la época o el momento en el que se halle. Actualmente, la inclusión de efectos digitales indiscriminados es el rasgo más característico de este tipo de cine. Busca cubrir las necesidades de la audiencia a partir de las tendencias que el cine y el propio público van marcando. Es, pues, un cine destinado a las masas, con poca pretensión de calado socio-cultural, pero mucha de negocio; el objetivo es recuperar la inversión multiplicada varias veces.

Podríamos definir el cine independiente como justo lo contrario a lo expuesto anteriormente; el capital procede de pequeñas inversiones externas, ya que la producción no depende de ningún gran estudio.

Normalmente, el guión nace del director de la película, lo que lo convierte en algo muy personal. Por ello, este tipo de cine se denomina también “de autor”. Este mismo se encarga de encontrar financiación que puede llegar de los sitios más variopintos (desde su propio bolsillo, pasando por donaciones familiares, a pagos por hacer de conejillo de laboratorio, como el caso de Robert Rodríguez).

Se busca el abaratamiento en todos los sentidos: los integrantes del equipo de rodaje no suelen cobrar (este trabajo altruísta viene normalmente pactado de antemano, con la premisa de que una parte de los posibles beneficios de la película se repartirá entre los integrantes del equipo técnico; premisa que se hace extensible a los inversores). Los actores suelen ser desconocidos, si bien es cierto que, últimamente, la incursión de grandes estrellas –rebajando su salario, o no cobrando, o incluso aportando dinero para la producción- en el cine independiente en busca de historias más veraces e intimistas, ya es un hecho.

Por último, la forma de exhibición del cine independiente es a través de festivales. Para que una película independiente llegue a una sala comercial, una major distribuidora se tiene que fijar antes en ella y moverla por el mercado comercial. También es cierto que las majors, cada vez con más asiduidad, suelen moverse por estos circuitos en busca de nuevos títulos y directores noveles.

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